Lejos de lo que podamos creer, la vida de los camioneros aunque sí que es una vida dura, es muy placentera para muchos que disfrutan de su profesión, conducir un camión.
No todos van a amargados porque tiene que pasar horas al volante o porque van a abandonar a sus familias durante unos días, algunos de ellos, me atrevería a decir que la mayoría, disfrutan de su trabajo, disfrutan de conducir y de la sensación que obtienen por llevar el camión, cuando suben a las cabinas se convierten en semidioses capaces de dirigir monstruos de en ocasiones dieciocho ruedas a los destinos pactados sin que ocurra nada malo.
Aparte de ser un trabajo duro es una gran responsabilidad, porque no solo son camioneros los que transportan frutas o verduras, o el repartidor del gas, también son camineros los que llevan mercancías peligrosas o partes de aparatos tan grandes que no se pueden transportar de otra manera.
Muchos de ellos cuidan de sus camiones como si fuesen sus hijos y no es para menos, deben de cuidar muy bien el medio por el cual comen y pagan las facturas, los camiones son sometidos a revisiones periódicas y exhaustivas cada poco tiempo, y es fácil encontrarlos en los desguaces para camion buscando esas piececillas que se pueden poner de segunda mano.
Esas personas tan dedicadas a sus camiones suelen disfrutar de sus trabajos, les gusta conducir, les gusta recorrer kilómetros y kilómetros llevando hasta otros países o ciudades las mercancías que hay que entregar por carretera.
Estos conductores pasan días fuera de casa, lejos de sus familias, de sus hogares, conduciendo tráiler y camiones para que todos podamos disfrutar de los productos frescos que ellos llevan. Todo nuestro apoyo a este sector tan castigado por la crisis y ahora por la huelga de los estibadores, ellos que no levanta la voz para reivindicar mejoras salariales o laborales y son los más perjudicados en las guerras que se libran en este sector.
Personas apasionadas que prefieren salir con su camión que pasar el tiempo impávidos, viendo las horas pasar, que se juegan la vida en la carretera todos los días para que los estantes de los supermercados estén llenos de productos frescos, o para que no falten productos de primera necesidad en los hogares españoles. Un agradecimiento a todos los camioneros españoles por ese esfuerzo que hacen para que todos vivamos mejor.

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